Desde que arrancase la temporada 2023, Carlos Sainz ha sido el único capaz de romper la hegemonía de Red Bull. Lo hizo el año pasado en Singapur y esta campaña, en la tercera carrera, ya ha sumado su primera victoria.
Con su futuro en el aire después de que Ferrari anunciase su salida en 2025 al comunicar el fichaje de Lewis Hamilton, el madrileño parece haber afilado el colmillo para hacer que el equipo se 'trague' su apuesta por el británico.
De hecho, tras su victoria en Albert Park, le dio un 'bofetón' de elegancia a la escudería pidiendo que le dijeran a Charles Leclerc que se situase junto a él en pista para celebrar juntos el 'doblete' rojo.
A pesar de que el monegasco agradeciese su gesto, parece que no le hizo demasiada gracia la P1 del '55', sobre todo tras lo visto en Singapur 2023.
En declaraciones al 'Corriere della Sera' durante la previa del Gran Premio de Japón, Leclerc ha reconocido que no le hizo "feliz" la victoria de su compañero.
"Mentiría si dijera que soy feliz. Las victorias son importantes, pero los puntos al final de cada temporada lo son aún más. Y en cualquier caso quiero que Ferrari gane lo antes posible. Carlos está haciendo un trabajo extraordinario, ahora me toca a mí reaccionar y ganar, quizá ya esta carrera. Estoy poniendo todo lo posible para que esto sea posible. En la Fórmula 1 tendemos a olvidarlo todo rápidamente y a concentrarnos en la última carrera. Pero si miro mis últimas 8 o 9 carreras, creo que he pilotado a muy buen nivel", ha señalado.
El monegasco asegura que su enfado "no tiene nada que ver con el hecho de que Carlos Sainz ya no estará en Ferrari a partir del año que viene".
"Depende de mí estar listo cuando haya una oportunidad, y no estaba listo ni en Singapur en 2023 ni en Australia hace dos semanas, pero sigo presionando", ha zanjado Charles en unas declaraciones que han sorprendido, sobre todo, tras el gesto que Sainz tuvo con él en Melbourne.