Sí, hay carreras aburridas en la F1. Como hay partidos aburridos en el fútbol, en el baloncesto y en otros tantos deportes. El GP de Gran Bretaña, eso sí, no fue una de esas pruebas que hacen que ni el café surta el efecto deseado. Silverstone dio espectáculo al amante de las carreras de monoplazas con un Lewis Hamilton que se coronó por delante de Valtteri Bottas y de Charles Leclerc.
No fue ni mucho menos sencillo para Lewis, pues todo pudo pasar y si en Mónaco se pasa cerca de los muros aquí alguno pasó muy, muy próximo a otros coches. Vettel, por ejemplo, puso su Ferrari encima del Red Bull de manera literal y mandó al traste su carrera y la de un Max Verstappen que, hasta ese momento, había sido uno de los grandes animadores de la prueba.
Eso sí, el único no fue. Porque otros muchos se sumaron a la idea de dar al público de Silverstone una auténtica carrer de F1. Incluso entre pilotos del mismo equipo. No lo entendieron bien en Haas, y antes o después tanto Grosjean como Magnussen acabaron fuera. Pero en Mercedes sí. Bottas, poleman, defendió su posición con un agresivo Hamilton que supo frenar cuando había que hacerlo. Al final le superó en un 'safety car'.
Fue Giovinazzi el que dio un vuelco a la carrera. Con su salida de pista, Lewis se puso primero y no soltó esa posición. Tras él, Bottas y un Leclerc que sudó lo suyo para superar a un Gasly que, por fin, parece haber cogido el punto a su Red Bull. Adelantamiento enorme el del monecasgo, como enorme fue la defensa de Carlos Sainz sobre Daniel Ricciardo.
El madrileño comenzó 13º, pero nada más comenzar la prueba alcanzó el undécimo lugar. Con neumáticos más duros, aguantó hasta el safety car del Alfa Romeo y avanzó hasta el séptimo puesto. Vettel jugó a los coches de choque con Verstappen y ganó otra posición más. Sexto. Podía haber mirado a Verstappen, por los daños que podía tner su Red Bull, pero tras él tenía una amarillenta presencia.
La de Daniel Ricciardo, amenaza constante en estas lides por su buen hacer a la hora de interpretar estas situaciones. Carlos no pudo dejar de mira a su retrovisor, y bastante tenía con defenderse de los constantes ataques del australiano como para pensar en otras cotas que no entraban tampoco en sus planes al comienzo de la prueba. Sexto, viendo cómo están los tres equipos e arriba en comparación con McLaren, es un caramelo tremendamente dulce.
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Más puntos en la bolsa de Carlos Sainz, y también de un Lewis Hamilton que sigue fuerte en el liderato del Mundial. Alemania será la siguiente cita, y por el bien del público, ojalá se parezca más a Gran Bretaña que a Francia.