Las bajas temperaturas es la gran preocupación de la Fórmula 1 para este fin de semana de Las Vegas. Se espera que se alcancen los cinco grados y calentar los neumáticos será un problema. Incluso en Pirelli lo han reconocido.

Mario Isola, jefe de Pirelli, ha hablado del "desafío" que supone este fin de semana. "Será un gran desafío técnico tanto para los equipos como para nosotros, ya que afrontamos esta carrera sin referencias reales aparte de la simulación. Nadie ha conducido nunca por el circuito de Las Vegas...", dice.

"La superficie será una mezcla del asfalto habitual de las calles con otras partes que han sido completamente asfaltadas para la ocasión. No habrá categorías soporte y la pista se abrirá nuevamente al tráfico normal durante largos tramos del día", cuenta el jefe de Pirelli.

Lo compara con circuitos como Bakú o como Monza: "Esperamos que los coches tengan niveles de carga aerodinámica bastante bajos, similares a los de Bakú o incluso Monza: alcanzar una velocidad máxima alta será clave para ser competitivos".

"Esas largas rectas también hacen que sea más difícil calentar los neumáticos en la clasificación, así como mantenerlos en la ventana correcta: el mismo desafío que se vio en Bakú y que probablemente será más pronunciado en Las Vegas", ha sentenciado.