Cumbre en el circuito del Jarama
El presidente de la FIA, tajante contra los pilotos rebeldes: "Te voy a llevar a juicio"
La máxima autoridad del automovilismo, Mohamed Ben Sulayem, ha mantenido su fiel compromiso por erradicar los insultos en carrera en una cumbre realizada en Madrid.
![Stefano Domenicali, presidente de la F1 y Ben Sulayem, presidente de la FIA Stefano Domenicali, presidente de la F1 y Ben Sulayem, presidente de la FIA](https://fotografias.lasexta.com/clipping/cmsimages02/2024/04/09/DD527F0A-0A75-4257-BC09-11CD143C6B64/stefano-domenicali-presidente-ben-sulayem-presidente-fia_160.jpg?crop=7846,4413,x0,y0&width=544&height=306&optimize=low&format=webply)
Desde la presidencia de la FIA se ha puesto el foco en la lucha por la erradicación de los insultos que realizan los pilotos de Fórmula 1 en los Grandes Premios. En la Cumbre de Oficiales del organismo rector del deporte motor realizada en el circuito del Jarama de Madrid, Sulayem defendió su propuesta de tolerancia cero.
Ben Sulayem habló convencido de poder reducir al mínimo el lenguaje malsonante en carrera: "Quizás no del todo, pero si podemos tomar un caso como ejemplo y le decimos, te voy a demandar y te voy a llevar a juicio, lanzaremos un mensaje claro a los demás para que no lo hagan".
"La FIA está basada en el respeto, estos son nuestros cimientos y nuestra rectitud. Y se va a mantener así, es una campaña que no va a parar nunca, es responsabilidad de todos mantenerla todos los días", ha reseñado el presidente de la FIA.
El emiratí ha continuado su exposición, justificando el endurecimiento de las sanciones por proferir palabras malsonantes: "Hay pilotos que ganan millones de dólares y deben ser disciplinados. Si controlas un coche de F1, puedes controlar tus palabras y ser responsable... No es mucho pedir".
En el ojo del huracán se encuentra Max Verstappen. El año pasado, el neerlandés ya fue castigado con realizar servicios comunitarios y es sobradamente conocido sus salidas de tono en pista. Las nuevas sanciones publicadas para este año fuerza a los pilotos a controlarse más que nunca para el año que se avecina.