Mercedes ha tenido un año más que movido en este 2022. El motivo, ese 'porpoising' tan tremendo que sufrían tanto Lewis Hamilton como George Russell en un comienzo de curso en el que poco parecía ser ese coche al que dominaba desde 2014, y también a ese con el que el inglés se quedó sin título en la última carrera.
Porque el cambio de reglas les hizo polvo. Porque no se esperaban lo que sucedió... hasta que pusieron el coche en la pista.
"En cuanto pusimos el monoplaza en el suelo, en los test de invierno, esa cosa rebotó como un conejo", cuenta Toto Wolff en su balance del curso.
Y sigue: "Llegamos a Bahréin. En tiempo por vuelta no estábamos tan lejos... pero las demás carreras hasta Budapest fueron de prueba y error".
Wolff insiste: "En cuatro meses no te tomas una pastilla y de repente te vuelves totalmente incompetente, y pasas de ganar un Mundial y en marzo tener un coche demasiado lento".
"Toca mantener la calma. Confiar en tu organización y en tus valores... Fue un factor positivo para tener un mejor rendimiento", afirma Wolff.
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El austríaco cree que la calma fue clave para mejorar en la segunda parte del curso: "Lo hicimos mejor en Austin y en México, y en Brasil, donde ganamos por nuestro mérito".