Y después del Gran Premio de Emilia Romagna, en el que prácticamente no pasó nada hasta la vuelta 45, Mónaco fue la continuación de un doblete bastante difícil de digerir sin un buen café bien cargado. En el Principado prácticamente todo se decide en la clasificación y salvo en esa caótica primera vuelta lo demás fue como fue.
Fue, como se suele decir, una procesión de coches. Un carrusel de monoplazas en las estrechas calles monegascas en las que adelantar es prácticamente imposible y la clave está, lógicamente, en no empotrar el coche contra las protecciones.
En arriesgar lo justo, si no quieres ver cómo tu carrera termina antes de tiempo y lo que pretendes es llevar el coche sano y salvo al garaje. Así pues, todo fue como fue un domingo en el que la lluvia no hizo acto de presencia a diferencia de lo que sucedió en 2023.
Poca acción hubo, con un Max Verstappen que además está más bien poco acostumbrado a rodar en las posiciones en las que le tocó jugar en Mónaco.
Verstappen, aburrido en Mónaco
Sexto, tras una clasificación en la que tocó las protecciones y perdió toda opción para alzarse con la pole. Así estaba por radio de somnoliento.
"¡Esto es jod*** aburrido! Debería haberme traído la almohada", comunicó a Red Bull.
Lo cierto es que salvo la primera vuelta, el pinchazo de Lance Stroll y las paradas poco sucedió o poco pareció suceder en una pista en la que lo más emocionante tiene lugar el sábado. Y cuando no eres tú el líder...