Alpine va de problema en problema. El equipo francés inició la temporada con el objetivo de pelear con Ferrari y Mercedes por el segundo puesto en el mundial de constructores, tal y como aseguró su director, Otmar Szafnauer.
Sin embargo, no solo están más lejos de los puestos delanteros que en 2022, sino que, primero, Aston Martin les superó desde el inicio de la temporada, y con su gran resultado en el Gran Premio de Gran Bretaña, Mclaren les adelantó en el campeonato de constructores, relegándoles a la sexta plaza.
Estos resultados no han sentado nada bien a la cúpula del Grupo Renault, que respondió ayer cesando al director ejecutivo del equipo, Laurent Rossi. Sin embargo, los problemas internos no son los únicos que afectan a Alpine.
Este fin de semana se ha conocido el que podría ser el origen de la falta de velocidad del equipo de Enstone. Según la revista alemana 'Auto Motor und Sport', la escudería francesa ha detectado un importante déficit de rendimiento en sus motores.
En el banco de pruebas, los propulsores de Alpine han ofrecido 30 cv menos de potencia que Mercedes, Honda y Ferrari. Esto explicaría por qué el A523 ha sido competitivo en circuitos lentos, como Mónaco o Miami, mientras que ha sufrido en los trazados de alta velocidad, como Silverstone o el Red Bull Ring.
Un problema irreversible
Esta falta de potencia no va a poder ser solucionada en el corto plazo. Con el objetivo de reducir costes, a principios de 2022 se congeló el desarrollo de los motores hasta el año 2026, cuando entre en vigor el nuevo reglamento técnico, por lo que Alpine tendrá que convivir con esta falta de potencia durante los próximos dos años y medio.