Ocurrió en el podio del Gran Premio de Estados Unidos: los aficionados en las gradas del circuito de Austin pitaron a Max Verstappen, que logró una nueva y contundente victoria a pesar de ya haber celebrado su tercer mundial de Fórmula 1.
Y este fin de semana, en México. Más de lo mismo. En la casa de Sergio Pérez, su compañero en Red Bull, los fans también podrían abuchear al piloto neerlandés. Algo que en la escudería aceptan.
Helmut Marko, asesor de Red Bull, cree que serán unos pocos. "Estamos en contacto con muchos mexicanos y la mayoría son muy amables y correctos. Pero siempre hay gente, digamos, entusiasta, que no mantiene una actitud deportiva", ha expresado en 'Sky Sports'.
Christian Horner, por su parte, también se refirió a este previsible escenario: "No creo que Max vaya a tener la recepción más cálida en México. Nos encanta correr en México, amamos a los fanáticos mexicanos, la pasión. Ese estadio es único. Así que tenemos muchas ganas de que llegue... El equipo respalda totalmente a Checo y a nuestros dos pilotos".
La reacción de Verstappen
A Verstappen no le preocuparon demasiado los pitos de Austin. Y seguro que no lo hacen los de México. Lo dejó claro tras conseguir su victoria número 15 este curso: "No me importan los abucheos...".
"Al final soy yo el que se va con el trofeo a casa", sentenció contundente Max.