La Fórmula 1 ha sufrido un pequeño terremoto en los días previos al Gran Premio de Estados Unidos que se celebrará este fin de semana en Austin.
El miércoles se filtró que hay un equipo de la parrilla que tenía un mecanismo situado en el interior de la cabina que, accionado por un mecánico, permitía cambiar la altura del chasis después de la clasificación y antes de la carrera del domingo.
Esto permitía variar sus prestaciones en función de si necesitaban una configuración de bajo combustible para el sábado o una de carga completa para el domingo, pudiendo devolver el monoplaza a su posición natural antes de entregar el coche en parque cerrado.
Pues bien, según publicó 'BBC', el culpable era Red Bull, que había sido 'cazado' por varios equipos que a su vez se lo habían trasladado a los comisarios.
Rápidamente, la FIA emitió un comunicado: "Cualquier ajuste en el espacio libre entre el suelo y el coche durante las condiciones del parque cerrado está estrictamente prohibido por el reglamento".
Es por ello que Red Bull se ha visto obligado a realizar cambios en su monoplaza y, a pesar de reconocer el truco, parece que no recibirá ninguna sanción al no poder probar lo sucedido.
"Sí, [el dispositivo] existe, aunque es inaccesible una vez que el coche está completamente montado y listo para circular. En la numerosa correspondencia que hemos mantenido con la FIA, esta pieza ha surgido y hemos acordado un plan para seguir adelante", explicó un portavoz a la 'BBC'.