Año nuevo y misma vida para Red Bull. Después de firmar en 2023 la temporada más dominante de la historia reciente de la Fórmula 1, con 21 victorias en 22 carreras, el equipo de las bebidas energéticas ha sido señalado por todos sus rivales como el gran rival a batir.
El pasado 15 de febrero sorprendieron a todo el 'paddock' presentando un RB20 totalmente renovado, dejando de lado el diseño que les ha dado el título las dos últimas temporadas. Esto dio esperanzas a sus perseguidores, ya que había un alto riesgo de que esta revolución lastrase el rendimiento del monoplaza pilotado por Max Verstappen y Checo Pérez, pero todo apunta a que, una vez más, pueden salirse con la suya.
En los test de pretemporada en Bahréin, Aston Martin, McLaren y, sobre todo, Ferrari, le han disputado los primeros puestos a Red Bull, anunciando una enorme igualdad en el inicio del campeonato, aunque parece que los de Milton Keynes todavía no ha mostrado sus cartas.
Max Verstappen marcó el cuarto mejor tiempo este viernes en la última sesión de entrenamiento, a tres décimas de Charles Leclerc, lo cual disparó el optimismo en Ferrari. Sin embargo, analizando los datos de las tandas largas del neerlandés, en el equipo italiano creen que la potencia de su motor estaba capada.
"El GPS indica que Verstappen ha estado usando un modo de motor de baja potencia durante todos los test", han indicado fuentes de Ferrari a 'Formula.uno'.
Esto reafirmaría el pesimismo de Fernando Alonso, que al concluir la pretemporada aseguró que "hay 19 pilotos que ya saben que no van a ser campeones". Las dudas se disiparán el próximo fin de semana en el Gran Premio de Bahréin, donde, si se cumplen las predicciones, Red Bull volverá a estar al frente de la parrilla.