El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha tenido sus réplicas directas en el mundo del deporte. Fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol... muchas disciplinas se han visto afectadas directa o indirectamente por la guerra, y la Fórmula 1 no iba a ser menos.
Después de que la FIA confirmase que los pilotos rusos podrían seguir corriendo a pesar de que, en el 'Gran Circo', los Grandes Premios de Sochi y San Petersburgo hayan pasado a mejor vida y Reino Unido ha prohibido la participación de los soviéticos, la duda en Fórmula 1 recae sobre Haas.
De propiedad estadounidense, pero con sustento financiero procedente de Moscú, el futuro de la escudería y del piloto Nikita Mazepin se mantiene en duda a menos de una semana para que se disputen los segundos test de pretemporada, esta vez en Baréin.
¿Por qué sobrevive Rusia en F1?, ¿sin el patrocinio de Uralkali (empresa propiedad de Dmitry Mazepin) podrá seguir Nikita? Gran parte del manojo de llaves de esta cuestión la tiene el padre del corredor, que guarda una estrecha relación con la cabeza del Kremlin, Vladimir Putin.
El dirigente ascendió a la presidencia en 1999, año en el que nació el compañero de equipo de Mick Schumacher. Su camarada Dmitry, tras trabajar de intérprete en Afganistán, se sumergió en el mundo empresarial y a día de hoy es presidente de la Cámara de Comercio e Industria y del Consejo Empresarial Rusia-Bielorrusia.
Además, es una de las 100 personas más ricas de Rusia, con una fortuna de 1,3 billones de dólares, tal y como apunta 'Forbes'.
Su estatus le permitió desde bien pronto cuajar una estrecha relación con Putin, al que le gusta rodearse y contar con el apoyo de los oligarcas rusos y las grandes potencias de Moscú.
Tal es la influencia de ambos que Nikita Mazepin, conocido 'piloto de pago', ha llegado a la F1 con la vitola de ser el tercer ruso en la categoría tras Vitali Petrov y Serguéi Sirotkin, pero con menos nivel que ellos.
Su ascenso desde Fórmula 3 ha venido respaldado por los 'petrodólares' de su padre, que tras intentar comprar Racing Point (perdió la puja contra Lawrence Stroll), Renault y Williams, se hizo con el patrocinio principal de Haas F1 Team en plena eclosión del coronavirus.
Desembolsó casi 100 millones de dólares para que Uralkali y la bandera rusa reinasen en el monoplaza de la escudería estadounidense, pero desde Haas tienen claro que con el conflicto bélico al rojo vivo, Mazepin está más fuera que dentro del equipo. De hecho, Guenther Steiner, jefe del equipo, ya ha señalado a su posible sustituto: Pietro Fittipaldi. La sombra de Putin y Mazepin es alargada, pero no hay dinero que cubra una guerra. Falta poco para que se apague el semáforo de la salida de Nikita.