Si 2023, a pesar del indudable éxito deportivo, terminó siendo un año complicado para Red Bull debido a la polémica racista que sobrevoló a Helmut Marko por unas declaraciones sobre 'Checo' Pérez, 2024 no ha empezado mejor.
Este lunes 'Bild' sacó a la luz una denuncia interna de una empleada a Christian Horner, jefe del equipo, por comportamiento inapropiado al haberle enviado presuntamente imágenes delicadas.
Red Bull no tardó en reaccionar a la noticia y anunció que indagaría en lo ocurrido: "Nos tomamos estos asuntos bastante en serio y la investigación se completará lo antes posible".
Pues bien, este viernes 9 de febrero en Reino Unido, seis días ante de que Red Bull presente su monoplaza para 2024, tendrá lugar una audiencia entre todas las partes afectadas.
Según el citado diario, piezas importantes del organigrama austriaco han aconsejado a Christian Horner dimitir antes de cumplir su vigésima temporada como jefe de equipo de Red Bull.
De hecho, se elucubra con que Jonathan Wheatley, actual director deportivo, podría coger el relevo al británico... y quién sabe si con la difícil tarea de buscar sustituto para Adrian Newey, uno de los grandes artífices del éxito de los de las bebidas energéticas.
Según el reputado periodista de F1 Joe Saward, los contratos de Horner y Newey podrían tener una cláusula de protección mutua que liberaría a uno si el otro saliera del equipo.
"Creemos desde hace mucho tiempo que Christian Horner y Adrian Newey tienen contratos que les protegen uno a otro. Si uno se marcha, el otro puede hacerlo también. Esto nunca se ha confirmado, pero hace que la dinámica pueda ser interesante en caso de que le ocurra algo a Horner", ha escrito en sus redes sociales.
Desde luego, Red Bull afronta este viernes uno de los días más críticos de su historia en Fórmula 1. Sin Horner ni Newey, Marko podría ser el siguiente en estar en la rampa de salida... y queda por saber qué opina Max Verstappen, con contrato hasta 2028, de todo esto.