El Gran Premio de China es la gran novedad del presente calendario del Mundial de Fórmula 1. No es una pista nueva, pero como si lo fuera. Como si lo fuera porque lleva sin tener carrera desde 2019. Porque, además, estos monoplazas son radicalmente distintos a aquellos que compitieron por última vez en Shanghai... así que toca trabajar.
Toca trabajar y no precisamente poco para poner todo a punto para la que es la quinta prueba de 2023. Porque hay preocupación, y no poca, en Pirelli y también incluso en la FIA.
Después de una inspección a finales de 2023, la pista se puso a trabajar para reparar y arreglar todo lo que pudiera ser más que problemático.
En el foco, los baches. Más todavía con ese 'porpoising' tan famoso que tuvieron los coches en 2022 y que a día de hoy algunos siguen sufriendo. "Esto es como ir a una pista nueva", dijo Simone Berra, director de ingeniería de Pirelli.
"Tenemos coches y neumáticos nuevos. Con estas llantas de 18 pulgadas", insiste en palabras que recogen en 'Motorsport'.
"La pista va a estar muy verde"
Además, la suciedad: "Esta pista no se ha usado en cinco años. Los coches la van a limpiar, pero va a estar muy verde".
"Incluso tenemos que entender cómo está el asfalto para ver si ha cambiado. En el pasado era muy áspero en micro y macro rugosidad", cuenta Berra.
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Avisadas están las escuderías, que se enfrentan a un reto totalmente desconocido: "A ver cómo ha envejecido, porque no hay muchos datos. Va a suponer un gran desafío para todos, equipos incluidos".