Sufrimiento total de Lewis Hamilton en el Gran Premio de Azerbaiyán. El inglés, que salió desde el pit lane tras cambiar el motor de su Mercedes, no tuvo prácticamente ritmo en un trazado de Bakú en el que pareció no ser capaz de adaptarse.

En el que no se sentía especialmente cómodo. Por no se sabe bien qué motivo. Porque Russell sí era rápido. Con los de arriba. Dejando hasta una gran pasada al Red Bull de un Verstappen que tampoco. Que, tras Monza, tampoco.

Lewis, en la zona media. Con los Williams. Con los Alpine. Con los Haas. Incapaz de encontrar ritmo o puntos de adelantamiento. Encajado. Sin salida. Así que tocaba radio.

Tocaba quejarse. Tocaba lanzar un gran dardo al coche cuando en la vuelta 29 seguía sin opción a puntos y perdido en la plaza 14 de la clasificación.

"¿Estás viendo cómo tengo que pilotar esta... esta cosa?", pregunto por radio a su ingeniero.

Tan solo le pudo decir que sí, que tomaban nota de su pregunta. Pero nada, las vueltas pasaban y Lewis seguía en una zona que, por coche, no le corresponde.

Último año del inglés, heptacampeón del mundo, en Mercedes. En un equipo en el que ha ganado seis títulos pero en el que desde 2021 apenas ha podido ganar un par de carreras. En este 2024 además.