La clasificación del GP de Austria tuvo un invitado con el que todos contaban, pero que no esperaban que fuese el principal protagonista: los límites de pista. Al final de la 'qualy', la cuenta era dramática. Hasta 47 vueltas fueron anuladas a los pilotos por exceder con las cuatro ruedas las líneas blancas del Red Bull Ring que marcan el límite de la pista.

Todos eran conscientes, por experiencias pasadas, que había que llevar cuidado con no sobrepasar la línea blanca que marca el límite de la pista, pero cuando vas buscando el tiempo, sobrepasar el límite es muy fácil. Esto llevó a los ingenieros a estar más atentos al ordenador para ver si habían anulado alguna vuelta a su piloto que a la vuelta en sí que estaba realizando.

Algunas de las víctimas fueron pilotos importantes.Sergio Pérez y Esteban Ocon se quedaron en Q2 tras ver sus tiempos anulados e incluso alguno como George Russell se tiró un buen rato en el coche esperando una confirmación de si estaba clasificado o no para la Q3.

Esta situación, cómica y desesperante a partes iguales, desesperó a Max Verstappen pese a conseguir la pole, como declaró tras la clasificación: "Hoy parecía todo muy tonto. Casi parecía que fuéramos aficionados, por la cantidad de tiempos borrados. No creo que haya sido una buena imagen".

"No creo que todos seamos idiotas. La gente puede decir 'bueno, mantente dentro de las líneas blancas'. Con esta velocidad es muy difícil ver la línea blanca. Si fuera tan fácil, podéis coger mi coche e intentarlo", defendió Verstappen al resto de sus compañeros sobre la dificultad de estar dentro de los límites de la pista.

El actual campeón del mundo propuso la que es la solución ideal para él, pero lanzando un dardo a MotoGP, que estaría en contra de su propuesta: "Lo ideal sería poner grava, pero las motos no quieren eso".

Mientras se intenta buscar una solución, lo que es seguro es que el Gran Premio de Austria va a seguir estando marcado por los límites de la pista.