Red Bull ha completado en el Gran Premio de Italia el peor fin de semana que se le recuerda a los de Milton Keynes en años.

Los de las bebidas energéticas han sido el cuarto coche tanto en clasificación como en carrera por detrás de McLaren, Ferrari y Mercedes.

Además, uno de los puntos fuertes del equipo que nada tiene que ver con el rendimiento del monoplaza como son las paradas en boxes, también han sido un desastre.

La primera de Verstappen ha durado más de seis segundos y el neerlandés, tras quedar sexto, ha estallado ante la prensa.

"Ha sido otra carrera dramática. No había nada en marcha, el coche no funcionaba en absoluto. No me gustó nada la estrategia y la parada en boxes fue una auténtica porquería", ha arrancado.

De hecho, a pesar de que le saque 62 puntos a Lando Norris, no tiene claro que vaya a ganar el Mundial fácil: "Tal como van las cosas, no vamos a ganar más carreras... pero es lo que hay. En este momento, ambos campeonatos no son realistas".

El vigente campeón ha señalado a la involución que ha sufrido el coche: "El año pasado teníamos un gran coche, que era el coche más dominante de la historia; básicamente lo convertimos en un monstruo".

"En el espacio de, qué... ¿seis u ocho meses? Eso es muy raro para mí. Y sí, tenemos que poner el coche patas arriba", ha zanjado.