Aaron Canet tiene todo su cuerpo tatuado. Incontables tatuajes, pero uno muy especial por encima del resto. El de un abrazo con su abuelo, que falleció de cáncer.

"El más especial que tengo está en la pierna derecha que es un abrazo que le daba a mi abuelo, que falleció de cáncer. Siempre le daba un abrazo antes de las carreras y me decía una frase muy especial. Me lo tatué antes que él falleciese", cuenta el piloto de Moto2.

Eran inseparables: "Pasábamos mucho tiempo juntos. Vivía con él. Pero en las motos no nos entendíamos mucho. Era recto, mano dura...".

Y desvela un consejo muy importante: el de vivir la vida y no pensar en lo que el resto te diga: "Mañana sales y un camión te atropella y hay cosas que te hubiera gustado hacer. Que te la sude lo que te digan, lo que piensen de ti, siempre que no le hagas daño a nadie".