Los campos de golf de Río de Janiero están cerrados al público por la pandemia del coronavirus... pero estos días han aparecido unos invitados inesperados. Y no, no acuden a jugar al golf.
Son animales salvajes como caimanes, serpientes, zorros y capibaras. Y se han convertido en los 'dueños' de estos campos que ahora están desiertos. La realidad es que estos animales viven en su propio ecosistema.
En total hay 290 especies catalogadas y todas circulan con libertad por la cancha de golf, porque "viven en su propio ecosistema", explicó a la agencia 'Efe' Camilo Pinto de Souza, biólogo del campo olímpico.
"Los jugadores llegan temprano a las prácticas y es a esa hora en que los animales acostumbran a circular por el área, pero cada uno tiene su espacio para estar dentro del campo de golf", agregó.
Uno de estos campos, ubicado en la zona oeste de Río de Janeiro, se extiende más de un millón de metros cuadrados y es considerado uno de los mejores del mundo. Fue construido para los Juegos Olímpicos de 2016.