Simone Biles no tuvo la mejor de las jornadas en barra de equilibrio y en suelo. La estadounidense, de 27 años, se quedó sin podio en el primer aparato y sin oro en el segundo, tras irse al suelo en la barra y después de salirse en varias ocasiones en su segunda actuación del día.
Con una plata en su cuello, y un gesto que demuestra su grandeza, Biles cargó contra lo que sucedió en el pabellón durante el ejercicio de barra de equilibrios.
"Es el aparato más estresante. Solemos tener música de fondo, y lo hacemos mejor así porque es como estar entrenando", cuenta.
Luego, el 'zasca': "Aquí podías escuchar hasta los clics de las cámaras de fotos y los tonos de llamada al móvil".
"Tratas de mantenerte en tu zona, pero te animan y los susurros son más fuertes. Deberían callarse, son muy ruidosos. Fue raro e incómodo", insiste.
Además desvela que la organización no hizo ni caso a sus quejas: "Pedimos tener música, pero no. Ninguna de nosotras lo disfrutó".
Ahora, a descansar: "Estoy feliz y orgullosa. Emocionada de que se haya acabado ya todo este estrés".
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Insultos racistas sin culpable
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¿Qué pasó? Los hechos fueron gravísimos, lo reconoce el propio juez, pero solo lo corroboran los testimonios de la familia de la víctima. El aficionado acusado lo niega. La familia asegura haberse enterado por los medios de comunicación.