Unas de las imágenes más emblemáticas de los Juegos Olímpicos de París no debió haber sucedido. Es la de la final en suelo, en gimnasia artística, cuando Simone Biles y Jordan Chiles, plata y bronce, se arrodillaron para reverenciar a Rebeca Andrade, oro olímpico, tras una final marcada por la polémica.

Marcada por lo que sucedió con la rumana Ana Barbosu, que celebraba haber conquistado el bronce con una calificación de 13.700. Jordan Chiles, quinta con 13.666, presentó una apelación que los jueces revisaron para terminar aumentando su nota y arrebatando el bronce a su rival.

Barbosu, entre lágrimas, no entendía qué había pasado. Mientras, se desató una crisis total entre Rumanía y la organización de los Juegos. La Federación Rumana de Gimnasia elevó el caso al TAS, para reclamar el bronce a Barbosu y la cuarta plaza para Sabrina Maneca Voinea.

Han pasado cinco días, pero el TAS ha dado la razón a Barbosu porque la apelación de Chiles llegó tarde.

"La medalla de bronce es para Barbosu"

"Con un ojo reímos, con otro lloramos. El TAS ha decidido que la medalla de bronce sea para Ana Maria Barbosu", comunica la Federación rumana.

En Estados Unidos, tristeza: "Estamos desolados por lo que han decidido sobre el ejercicio de suelo femenino. La investigación del grado de dificultad de Jordan Chiles se realizó de buena fe y de acuerdo con las normas".

"A lo largo de la apelación, Jordan ha sufrido constantes ataques e hirientes en redes sociales. Ningún atleta debería sufrir un trato semejante", relata el Comité Olímpico de Gimnasia de EEUU.