El patinador Javier Fernández, medalla de bronce en patinaje artístico en los JJOO de Pyeongchang, ha protagonizado, junto con la presidenta madrileña Cristina Cifuentes, una emotiva entrega de medallas de chocolate a niños ingresados en el Hospital Gregorio Marañón, a los que ha animado a "sonreír y a luchar".
Empezaron la visita en la planta de Cardiología donde colgaron medallas a niños como Laura, de 12 años, trasplantada de corazón; Claudia, de 7 años; Christian y Daniela, de 8 y 3 años, ambos con cardiopatías; y Sara, de 16 años y también patinadora, "pero no sobre hielo", según puntualizó esta chica de origen chino cuyos padres tienen a otras dos hijas como ella.
La presidenta Cifuentes, tras calificar como "una suerte" además de "un orgullo" tener a uno de los más grandes deportistas de España, dos veces campeón del mundo y seis veces de Europa, "hasta el momento", alabó la sensibilidad y calidad humana del patinador madrileño, al que le gusta visitar hospitales "siempre que viene a Madrid".
Y lo hace, según la presidenta, "para traladaros su cariño, y sobre todo para que os déis cuenta de que luchar en la vida tiene recompensa", ha dicho ante los niños y padres que llenaban el salón de actos del hospital, porque "estáis peleando y sois también campeones".
"Javier, para lograr tantos trofeos, ha tenido una vida llena de renuncias, de tener que vivir lejos de su familia, en Canadá donde se tuvo que ir solo muy joven", añadió Cifuentes, "una vida llena de sacrificio, de lesiones, de fracasos, de caerse y luego tener que levantarse, que es lo que hay que hacer en la vida".
Tras la proyección de un vídeo de los últimos éxitos del patinador, que los niños aplaudieron con ganas, Javier Fernández tomó la palabra. "Me comprometo con la vida, porque he pasado mucho y, los que estamos aquí reunidos tenemos muchas cosas en común, porque para conseguir algo muchas veces hay que luchar, unirse unos a otros. Juntarnos y pasar tiempo juntos, apoyarnos y afrontar los momentos más difíciles con personas que también los han pasado", dijo el patinador.
"Nosotros somos los que luchamos, los que nos animamos, y los que podemos hacer que las cosas imposibles pueden pasar, como en este hospital. Trabajo, con esfuerzo y dedicación, nada lo es", añadió Javier Fernández que a continuación se detuvo hablando con cada niño y haciendo selfis.
"Ha sido un día especial, un día diferente que a los pequeños también les anima y les mantiene la sonrisa. Yo también me llevo cosas: la experiencia de estar con los niños, de hablar con ellos, algo muy difícil de explicar; tan especial, tan bonito y que no cuesta nada", ha concluido tras repartir medallas y pelotas.
Cifuentes, por su parte, ha felicitado a los médicos y enfermeros del Gregorio Marañón, un "gran hospital" del que destacó entre otros el trasplante infantil de un corazón de donante incompatible con su sangre, que recibió la bebé Carla, dada de alta hace unos días. "Un hito para el mundo" que salió de este hospital, ha apostillado la presidenta.