El pasado 7 de enero de 2020, el surfista español Diego Bello, de 32 años, fue asesinado en la puerta de su casa en Siargao, una isla situada 800 kilómetros al sureste de Manila (Tailandia), donde residía desde 2017.
Según el auto policial de los tres agentes presentes, "Bello llevaba una pistola de calibre 45 y disparó a los policías", por lo que le abatieron "en legítima defensa".
"Era un traficante de drogas de alto valor. Llevaba encima 10 gramos de cocaína y 30.000 pesos filipinos (532 euros) en billetes marcados. Ha sido una operación exitosa en la lucha contra las drogas", señalaron a posteriori.
Pues bien, casi dos años después, la Fiscalía filipina asegura que el surfista español, que militó en las categorías inferiores del Deportivo de La Coruña, no era narcotraficante y que los agentes falsearon las pruebas poniéndole una riñonera con cocaína y una pistola en la mano.
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Ahora queda ver si los tres policías se sentarán en el banquillo por su mala praxis.