El Comité Olímpico Español (COE) organizó una rueda de prensa telemática en la que participó Silvia Navarro, portera del Rocasa Gran Canaria de balonmano y jugadora olímpica.
Silvia, que ha podido disponer de material gracias a la fundación Trinidad Alfonso, explicó las dificultades devenidas de tener que entrenar en casa y los problemas que le ha acarreado salir a la calle a correr o a montar en bicicleta.
"Me paró la Policía Nacional, la Local. Lo que más me llamó la atención fue un hombre mayor que me siguió casi un kilómetro con el coche cuando iba en bici y me llamó sinvergüenza y me dijo que no estaba respetando", explicó la guardameta en un primer momento.
"Ha sido muy complicado poder entrenar porque no nos conocen. Parecía una narcotraficante. Tuve que acreditarme ante la Policía y la Guardia Civil. Lo entiendo, es normal. No saben, no se han informado. Les disculpo porque es desconocimiento. Incluso la Policía Local tampoco lo sabía aunque sí que se ha informado", añadió Silvia.
Por otro lado, explicó lo que significó para ella esta suspensión del deporte: "Fue un shock, una frenada en seco. Parecía que estaba viviendo un sueño. Me lo tomé como una oportunidad de compartir tiempo con mis familiares, de disfrutar de todos esos momentos que como deportista no puedes. Me amoldé a la situación y disfruté de lo que tengo en casa, para mi lo principal y el motor de mi vida".
Como consecuencia de estos meses de inactividad, Silvia anunció que se está pensando el no colgar los guantes esta temporada: "Para mi ha sido un aprendizaje constante, he vivido una antesala de cómo será mi vida después del balonmano y no me ha gustado absolutamente nada. No estoy preparada. Ha sido como un sueño bastante difícil. Me plantea el retrasar un poquito más mi retirada del equipo nacional, el aguantar un añito más".