Tariku Novales acabó muy afectado la maratón de los Juegos Olímpicos de París. El gallego, que entró en el puesto 68 en meta con un tiempo de 2.25:23, sufrió a más no poder en el recorrido parisino desde el comienzo hasta el final. Los abductores, el estómago, los pies ensangrentados... y aún así, a pesar de todas esas dificultades, cruzando la línea de meta.

Sin embargo, a pesar de ese carácter luchador que le llevó a concluir esta dura prueba en el que es su debut olímpico en maratón, Novales estaba devastado en los micrófonos de RTVE.

"En el kilómetro 11 tuve un encontronazo con una bicicleta de la organización. Se me cargó el abductor. Llevaba el estómago como el culo, en cada avituallamiento se me revolvía la tripa. Cada vez que tomaba algo tenía que vomitar y me he deshidratado mucho", cuenta.

"Siento bastante vergüenza"

Pero no se rindió: "Había una fuerza dentro de mí que me decía que había que acabar. La verdad, no sé si me arrepiento o si estoy orgulloso. Es un palo más, estoy acostumbrado... pero también estoy acostumbrado a levantarme"

"La verdad, siento bastante vergüenza de haber estado tan lejos de cualquier expectativa. Aún con un día malo debía estar más adelante", afirma.

Novales no sabe qué pensar: "Ha habido un momento en que no podía correr. Tengo la sensación de haber faltado el respeto a la grandeza de este evento".

"No he podido disfrutar"

"No he podido disfrutar. Todo cuesta arriba desde la preparación. No he disfrutado nada", sentencia.