Deontay Wilder ha contado cómo fue el peor momento de su vida. Cuando tenía 19 años, nació su primera hija, que llegó al mundo con un grave problema de salud.
"Fue muy duro tener 19 años y que mi primer hijo nazca con un problema de salud", cuenta. Apenas podía pagar las facturas de su costoso tratamiento, llegándose a plantear quitarse la vida.
"Tuve una pistola en mi regazo para suicidarme", confiesa. Sin embargo, el boxeo fue su tabla de salvación. El 'bombardero de bronce' se ha convertido en uno de los boxeadores más temibles de la historia. Invicto en el ring... pero cerca de caer derrotado en la vida.