"Doy las gracias de no estar lesionado": así de sincero se mostraba Come Girardot tras batir el récord mundial de salto mortal.
El francés, en un intento a vida o muerte, cayó al agua con las manos y los pies a la vez desde una altura de 44,3 metros.
Girardot alcanzó los 110 kilómetros por hora durante los tres segundos que duró la caída en la cascada de Cimbarra (Jaén).