"Puedo pensar: ese que está enfrente de mí es una hamburguesa. Tengo que ir a atacar y comerlo. Eso es a veces lo que pienso". Esa particular motivación se une a que antes de cada combate Andy Ruiz se come una chocolatina.
El boxeo le ha ayudado a superar el 'bullying' que sufría de pequeño, por su físico. Llegó a pesar 170 kilos y eso que su padre le hacía entrenar duro.
Intenta comer de manera saludable, aunque hay cosas que echa de menos: "Los tacos, las quesadillas... de eso es de lo que me acuerdo". Ahora Andy ha hecho historia, campeón de los pesos pesados.