Se juega la vida en cada escalada. Sin arnés, sin cuerdas, sin ningún tipo de seguridad. Y también, sin miedo a desafiar la gravedad. Marcin Banot ha explorado sus límites a largo del mundo.
Siempre en busca de los edificios más altos, como en Barcelona en 2018. En la ‘ciudad condal’ logró coronar la azotea del hotel Sky, a 117 metros de altura, en algo menos de una hora. Suele empezar casi siempre de noche, cuando menos vigilancia hay.
Siempre con una cámara y con su móvil, algo de agua y unos guantes para que sus manos no sufran. Porque a veces, el clima o los animales pueden poner en riesgo su seguridad. Pero lo normal es acabar su aventura esposado.
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