Es el mordisco más recordado de la historia del deporte. Mike Tyson era el icono del boxeo de finales de los 80 y mediados de los 90.
Se peleaba en la revancha ante Evander Holyfield, que 7 meses antes le había arrebatado la corona mundial de los pesos pesados. Tyson se quejaba de los continuos cabezazos de Holyfield.
En el segundo asalto le abre una ceja con cabezazos, pero en el tercer asalto todo cambio. Ambos se trenzaron y sus cabezas se juntaron. Tyson arrancó un pedazo de cartilago a su rival.
Los jueces declararon a Mike perdedor y fue suspendido con un año y medio. Los comentaristas no daban crédito a lo que estaban viendo: "Creo que le ha mordido, no me puedo creer lo que estoy viendo".
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