25 personas en fila esperando para subir la montaña más alta del mundo. Es la surrealista imagen que se ha visto en el Everest.
Lo que antes suponían una hazaña al alcance de muy pocos, ahora es en un pasatiempo turístico. Colas interminables en plena montaña, con oxígeno limitado.
Un riesgo que puede costarles la vida. Y no es el único, ya que la masificación ha convertido al Everest en el basurero más alto del mundo.
Solo en el campo base se recogieron ocho toneladas de residuos. Y además, un dato para reflexionar: hace treinta años, el hombre pisaba por primera vez el Everest sin oxigeno.
Hoy, 200 personas han hecho cima en la montaña más alta del mundo. Lo que antes era una aventura, se ha convertido en una atracción turística con peligro mortal.