Un surfista es engullido tras surfear a 65 kilómetros por hora. Son unos segundos angustiosos. Otra ola gigante amenaza, el surfista queda en manos del socorrista Ramón Laureano.
Son atrapados por la ola, solo aperece la moto. La moto alcanza la orilla, pero ellos lo tienen complicado. La corriente le arrastra hacia adentro.
Finalmente la fuerza de una ola dejó la imagen de la tranquilidad.
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