Dramático final para Elena Congost en París. La catalana, que cruzó tercera la meta en el maratón de los Juegos Paralímpicos de París obteniendo así un bronce, vio cómo la organización la descalificaba por soltar la cuerda de su guía a diez metros para la conclusión de la prueba.

Según cuenta el artículo 7.9 del reglamento, guía y atleta no pueden soltar la cuerda en los más de 42 kilómetros de maratón.

Congost, tras conocer la decisión de la organización, estaba destrozada: "Que todos sepan que no me descalifican por hacer trampas, sino por ser persona".

"Por ayudar. Por ese instinto que te sale cuando alguien se está cayendo", dijo en referencia a su guía, que casi se va al suelo debido a los calambres.

Y sigue: "Tenía la medalla. Me descalifican porque a diez metros de meta dejo ir un segundo la cuerda porque la persona que tengo al lado se va de morros al suelo".

"Ha sido un acto reflejo de cualquier ser humano. No hay ayuda. No hay beneficio. Y se ve que no me paro en seco", explica.

Porque no lo entiende: "No sé cómo nadie puede comprender esta situación. No es por hacer trampas. Mi guía no podía. Me parece injusto y surrealista".