Tras sufrir un accidente de tráfico a los 14 años, Alejandro Marín padeció una depresión después de una amputación de urgencia de una de sus piernas.

A día de hoy, es un atleta adaptado y se fabrica sus propias prótesis para proseguir con su vida normal. Por ello, decidió que quería estudiar ingeniería mecánica, para que la gente con su problema "tuviera mejor calidad de vida".

En el plano deportivo, primero se decantó por el atletismo y luego por el snowboard. Así lo afirma su entrenador, rendido ante su perseverancia: "Se propone algo y lo consigue. Yo le llamo Iron Man, tiene seis piernas y cada día se pone una".