"Pones al límite tu fortaleza física y mental", afirma Nacho Dean tras completar uno de los retos más extremos del mundo. El nadador ha atravesado cinco estrechos en los mares más remotos y apasionantes del planeta.
Ha tenido que hacer frente a fuertes corrientes, vientos, oleaje y a fauna marina como cocodrilos o tiburones. Estuvo a punto de abandonar la travesía después de que le picara una medusa en la cara.
Fueron necesarios más de 2.500 kilómetros entrenando para ser capaz de hacer estas travesías. "He entrenado para soportar la hipotermia y la deshidratación", reconoce Dean
Uno de los mensajes que ha querido transmitir ha sido de preocupación por el medioambiente: "Encontré bastante contaminación por plásticos y neumáticos". "He unido los cinco continentes nadando para lanzar un mensaje de conservación de los océanos", concluye Nacho Dean tras semejante hazaña.