La nueva Copa Davis no se ha librado de las críticas. Horarios, quejas de tenistas 'top'... muchos han sido los problemas que se le han achacado al nuevo formato. Problemas a los que ahora se une otro: la precariedad laboral.

Raquel Ares, estudiante de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, cuenta en 'eldiario.es' su experiencia como azafata en el torneo, una experiencia que apenas duró tres días.

Asegura que cobraban 7,19 euros brutos la hora con condiciones lejos de ser las ideales. "No se nos ofreció comida ni bebida y el precio del menú de la cafetería suponía dos horas de trabajo, algunos stands se apiadaron y nos regalaron cafés", cuenta.

Califica de "deplorables" las condiciones laborales bajo las que estuvo contratada. Los trabajadores expresaron sus quejas a través de grupos de WhatsApp, recibiendo como respuesta un 'aguantad'. Ella renunció al tercer día, pero cuenta que amigas suyas aguantaron hasta el final y las condiciones solo empeoraron.

"El plan podría haber sido soportable si la competición se hubiese desarrollado en otra época del año en la que las temperaturas no fuesen tan bajas: a pesar de los radiadores instalados en el techo de la Copa Davis, resultaba insoportable y muchas de nosotras aprovechábamos los viajes al baño para estirar la espalda y calentar las manos con los secadores. Una simple silla en la que descansar en los tiempos muertos también habría sido de agradecer", comenta Ares.

Una nueva y dura crítica a la Copa Davis que no acaba de convencer a todos los aficionados del tenis.