El encuentro del Masters 1000 de Roma entre la española Sara Sorribes y la italiana Camila Giorgi tuvo una lamentable escena. La jueza del partido, Lara Morgane, tuvo que llamar a seguridad desde su silla por temor a la conducta del padre de la tenista anfitriona.
El individuo estuvo muy activo durante todo el encuentro desde la grada, y protestó aireadamente las decisiones de la árbitra que perjudicaban a su primogénita. Tan lamentable fue la conducta del padre de la jugadora transalpina, que Morgane tuvo que pedir refuerzo de seguridad por temor al hombre.
"Podríais estar por aquí cerca. El padre de Giorgi está muy enfadado y me gustaría tener a alguien cerca", dijo la colegiada por el 'walkie-talkie' a la organización, ante la atenta mirada del susodicho.
La petición de la jueza fue aceptada y el torneo reforzó la seguridad en la zona donde se encontraba. El partido pudo finalizar con normalidad. El épico duelo, que llegó hasta las 4 horas de partido, se lo llevó Sara Sorribes por 7-6, 6-7, 7-5. La castellonense avanza a segunda ronda, en la que se enfrentará a Aryna Sabalenka, reciente ganadora del Mutua Madrid Open.