Se suele decir que las personas que son apasionadas a cualquier deporte tienen ventajas sobre las que no lo son. El fanatismo positivo eleva los niveles de testosterona, ingesta de alcohol, así como beneficios emocionales, sociales y psicológicos.

Algunos fans intentan reflejar ciertas ideas o reivindicarse con un mensaje para que tenga repercusión mediática. Sin embargo, en el deporte también hay situaciones incapaces de explicarse, como la vivida en pleno partido de tenis en Roterdam.

En el duelo que medía a los franceses Quentin Halys y Gregoire Barrere, sucedió una de los momentos más 'rándom' que pueden ocurrir, una persona disfrazada de oso panda apareció saltó a la cancha.

El espontáneo tan solo se limitó a correr alrededor de la pista ante la expectación de los aficionados, que no daban crédito a lo que pasaba cuando Barrere se disponía a sacar.

Podría parecer que alguno de los dos tenistas podría molestarse o echarse a reír por la situación, pero nada más lejos de la realidad, ninguno de los franceses se inmutaron. Esto demuestra la concentración y el profesionalismo que imponen los deportistas en el momento en que se ejecutan los saques.

El espontáneo más famoso de la historia

Esta situación ha hecho recordar algunos de los momentos más insólitos del deporte, protagonizados por el espontáneo más famoso de la historia, Jimmy Jump. Este personaje cuyo nombre real era Jaume Márquez llegó a ser la pesadilla de los vigilantes de seguridad de multitud de eventos deportivos.

Llegó a intervenir en los Oscar, en una gala de Eurovisión, partidos de Champions League, un GP de Fórmula 1, un clásico entre Real Madrid y Barcelona, e incluso en la final del Mundial 2010. En 2014 Jimmy anunció que estaba en bancarrota por las consecuencias económicas de sus actos.