El rafting es un deporte que mezcla adrenalina, agua y velocidad. Sin embargo, la delgada línea que separa la emoción de la peligrosidad, si se sobrepasa, puede acarrear un gran riesgo para la propia integridad física.
Este fin de semana, cuatro hombres y dos mujeres se embarcaron en una balsa para hacer rafting en el Parque Estatal Ohiopyle, ubicado a unas 60 millas al sureste de Pittsburgh, en Pensilvania.
A pesar de las diversas advertencias que alertaban del peligro que entrañaba el río, decidieron continuar la travesía y la fuerte corriente les arrastró hasta una cascada en la que volcó la embarcación.
Las autoridades locales tuvieron que salvar a los seis navegantes que, gracias a que portaban chalecos salvavidas, evitaron ser absorbidos por la marea y salieron ilesos con solo heridas leves.