Hugh Freeze debutaba al frente de los Liberty y no se lo quería perder por nada del mundo. Sin embargo, su reciente operación en la espalda y una posterior infección trastocaron en parte esos planes.
Lo que acabó haciendo es dirigir a su equipo tumbado en una cama hospitalaria. "Es raro, pero es lo mejor que podemos hacer. No es algo ideal", explicaba.
Una imagen inaudita con la que algunos alucinan. Otros no pueden aguantar la risa y hay quien se indigna.
Sus jugadores recibían los mensajes que mandaba desde su cama. Reciben órdenes desde la distancia. Pero no solo sus futbolistas, también los periodistas.
El entrenador daba la rueda de prensa desde un plasma. Una solución que no parece haber funcionado muy bien, porque sus chicos perdieron 24-0.