Vestuario de un equipo de hockey tras una victoria. Todo parece normal... hasta que aparece el entrenador con un kalashnikov en las manos. Lo carga y mira a sus jugadores. En realidad, lo que está haciendo es premiar al mejor jugador.
El trofeo que se lleva el más destacado en el partido es un AK-47 que el entrenador entrega al capitán y éste al MVP, que resulta ser el portero.
El presidente del club ruso quiere instaurar una tradición. Tras ganar el derbi local contra el Chelmet, la puso un práctica. Un rifle de asalto para el mejor jugador del partido.