Allí donde no llegan ni helicópteros ni los montañeros más especializados llegan ellos. Los drones se han convertido en una herramienta clave en la búsqueda de Blanca.
En total siete aparatos han sobrevolado los Siete Picos, en concreto la cara sur del macizo, la más escarpada y alta.
Se han acercado a oquedades, cuevas y grietas con cámaras de alta definición, diurnas y térmicas con infrarojos que detectan tanto el calor como el frío.
Los vuelos han sido de una duración de unos 30 minutos, porque cada media hora deben regresar a la base para cargar o cambiar la batería.
La principal ventaja de estas máquinas en una búsqueda como esta es que pueden llegar a zonas casi inaccesibles sin poner a nadie en riesgo.
Este miércoles, estos mismos drones peinarán la cara norte de la montaña, más llana que la sur, pero también mucho más boscosa.
La última hora de la búsqueda de Blanca Fernández Ochoa: