Final feliz, pero sufrido, para la historia de estos dos esquiadores en el Mont Blanc. Ambos subieron al segundo punto más alto de Europa, una montaña que atrae a no pocos amantes del deporte blanco, y se quedaron atrapados en una grieta de la que no podían salir.
"¿Cómo estáis? ¿Habláis francés? ¿Tenéis algo roto?", preguntaron sus rescatadores. "Mi tobillo está roto", les contestó uno de los esquiadores desde su prisión de hielo.
El objetivo era sacarles antes de que cayese la noche, algo que no fue ni mucho menos sencillo. El primero, al salir, presentaba evidentes signos de hipotermia y apenas podía articular palabra. Para sacar al segundo surgió una nueva complicación.
Estaba completamente encajado en el hielo, y fue necesario el uso de un picahielos para su rescate.
Al final todo salió bien y ambos siguen con vida después de un rescate agónico.