El español que más dinero debe a Hacienda, Agapito García Sánchez, ha declarado en su alegato final por el juicio en el que se le acusa de fraude fiscal que Hacienda le ha "arruinado la vida". Además, ha criticado a su abogado por pedir la prescripción de los delitos: "Yo quiero que el tribunal diga públicamente que no soy ningún defraudador".
Además de pedir la prescripción de los delitos, el abogado de García Sánchez ha declarado que hay "una animadversión" de la inspectora, algo con lo que sí coincide su defendido. Según su versión, la inspectora le "felicitó" por hacerle famoso gratis cuando se publicó la lista de los mayores morosos.
La inspectora, por su parte, se reafirma en que hay una cantidad de dinero que ha desaparecido de los balances y que si esa cantidad no está, tiene que decir "dónde está esa cantidad".
La Fiscalía de Madrid solicita cuatro años de prisión para el empresario Agapito García, acusado de defraudar 1,5 millones de euros a Hacienda, al omitir de su declaración de la renta de 2009 "determinadas rentas" para aminorar "sustancialmente" lo que debía pagar en concepto de IRPF.
¿Quién es Agapito García Sánchez?
Agapito García Sánchez no es uno de los grandes empresarios de España, tampoco una de las personas más ricas. No obstante, Hacienda le reclama una deuda de 15,97 millones de euros y solicita para él cuatro años de prisión por presuntamente defraudar 1,5 millones.
A finales de los años 80, García vendió las cuatro empresas de hormigón y materiales de construcción al grupo británico Steetley. Una operación por la que cobró 22,7 millones de euros.
Cuando la revisó, Hacienda consideró que había hecho uso de una sociedad para eludir impuestos y, en 1990, le reclamó 20 millones de euros. Este pleito acabó convirtiéndose en una larga cruzada judicial que culminó con un fallo a favor de la Agencia Tributaria en 2012.
Una diferencia sangrante
Los españoles siguen sin recuperar su poder adquisitivo de 2007: los tres motivos que lo explican
El dato Desde el año 2007, la inflación ha subido casi un 40%, mientras que los salarios apenas se han incrementado un 25%. En ese año, el precio por litro de gasolina apenas superaba el euro.