Lejos de Europa hay una petrolera que lucha por convertirse en la empresa más grande del mundo. Se trata de Aramco, la compañía estatal de Arabia Saudí, que le ha declarado la guerra a Apple y, en la actualidad, ostenta el puesto de segunda empresa más valorada del planeta.
Aramco vale en la actualidad 2,3 billones, superando a otras grandes compañías como Microsoft o Google. Aspira al reinado, que todavía ostenta la de Cupertino, aunque de manera intermitente en el último año ha conseguido coronarse como la más valorada.
En este contexto de emergencia, las compañías de crudo salen ganando. Arabia Saudí prevé que su economía crezca un 7,6%, lejos del 4% que aspira a crecer nuestro país, por ejemplo.
Tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, tanto Europa como Estados Unidos intentaron convertir a Arabia Saudí en un paria internacional. Sin embargo, la necesidad de petróleo ha provocado un cambio en las prioridades. Tanto el presidente de EE. UU., Joe Biden, como el de Francia, Emmanuel Macron, se han reunido ya este año con sus máximos responsables.