Los precios que vemos en la pantalla de nuestro ordenador o móvil cuando buscamos, por ejemplo, una habitación de hotel, los ha fijado un algoritmo.
Una información que saca de nuestras búsquedas en Internet y que permite a las empresas "adecuar" el precio de su producto en función de estos parámetros, como cuenta a laSexta el CEO de James Brand Group, Jordi García Chalé.
Por eso, los precios de los productos que comprarmos por Internet pueden subir de un día para otro o, incluso, que sea distinto, según la marca del dispositivo desde el que lo compramos
"Los dispositivos que utilizas también dan una información", comenta García, una práctica que nos afecta a diario y que los expertos llaman 'precio dinámico'. Empezaron aplicándola compañías de vuelo y empresas hoteleras, pero ya ha llegado a casi todos los sectores.
Esta práctica es completamente legal, aunque desde la Organización de Consumidores creen que el comprador siempre pierde. Los expertos coinciden en que estas tecnologías nos traen algunos dilemas éticos que hay que resolver, pero insisten: las empresas no van a abusar de esto por no sufrir problemas reputacionales.