Cuando dejó de ser presidente, Miguel Blesa se permitió un capricho. Sólo un mes después de salir de Caja Madrid, Blesa puso sus ojos en una mansión de lujo de una urbanización madrileña.

Según publica el diario 'El Mundo', el ya expresidente de la entidad pagó al contado 2,15 millones de euros por la mansión. Además, Blesa se benefició de un precio a la baja por la explosión de la burbuja inmobiliaria que tanto afectó a la caja que dirigía.

Blesa acababa de dejar a sus espaldas una entidad que pocos meses después acabaría hundiéndose, y que lleva mucho tiempo colocando preferentes para recapitalizarse.

En el consejo de Administración de Miguel Blesa estaban representados  partidos y sindicatos. CCOO ha salido al paso de las acusaciones de connivencia del juez Silva. "En ningún caso existió ninguna indicación desde el sindicato", afirma Fernando Lezcano, secretario de Organización de CCOO.

El PSOE también habla de escándalo y de la necesidad de investigarlo todo. Pero de momento toda esa información es inservible a efectos jurídicos. El TSJ de Madrid asegura que los correos pertenecen a la intimidad de Miguel Blesa.