Medio millón de trabajadores, o mejor dicho, de trabajadoras se dedica al sector cuidados en España. Cobran entre un 40 y un 60% menos que aquellos que reciben un salario medio. Ante la tendencia palpable del país hacia una población cada vez más envejecida, hacen falta más profesionales, por lo que el Ministerio de Derechos Sociales que dirige Pablo Bustinduy trata de hacer frente a esta carencia.

Les llaman navajas suizas por su lo polifacéticas que son. Ramona Penedo es una de ellas y argumenta este calificativo en que son "cuidadoras, limpiadoras, psicólogas...". Hacen de todo por un módico precio: "Jornada completa por 1.210", afirma Penedo ante los micrófonos de laSexta. Un sueldo 718 euros por debajo del salario medio en España.

Es evidente que este trabajo, no está pagado. Subcontratada por el Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Sevilla, Trinidad Molina afirma que tiene "compañeras que tienen que recurrir al banco de alimentos porque no se llega a final de mes". No obstante, todas ellas deben contar con una cualificación "para atender a una persona tanto con alzhéimer como con esquizofrenia, así como a menores", explica Molina.

Sin embargo, estas titulaciones tampoco están valoradas. Por eso, junto a Carmen un grupo de cuidadoras ha acampado ante el Consistorio sevillano contra la precariedad de sus contratos. Carmen Ramírez es una de ellas y reafirma lo que aseguraba Molina sobre la cualificación necesaria para ejercer. En esa línea, aqueja que en estos puestos "entras muchísimas personas por necesidades que no están preparadas".

Las trabajadoras de cuidados son mayoritariamente mujeres -en concreto, un 83,74%- migrantes, y mayores de 46 años. Cuestión que gana importancia si se observa el ritmo al que envejece el país, y es que en 2040 se precisarán casi el doble de empleados para un trabajo que casi nadie quiere. Es decir, habrá que pasar de las casi 520.000 que hay ahora a las 800.000 que se necesitarán para entonces.

Marina Díaz, secretaria de Acción Sindical ha explicado a laSexta que "al ser un trabajo que no está reconocido socialmente ni jurídicamente ni económicamente, ningún joven ni ninguna joven quiere este trabajo".

Ante esta situación, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2023, Pablo Bustinduy tiene un plan sobre la mesa. "Vamos a empezar por convocar la mesa del diálogo social con los sindicatos para la dependencia y abordar una estrategia conjunta para poder mejorar tanto los incentivos como condiciones laborales". De esta manera, se les reconocerá la dignidad que merecen