Las oficinas de Caixa Catalunya de Asturias y Galicia no alcanzaban objetivos en 2008 y desde la dirección de la zona se les pidió actuar de la siguiente forma: “Todos sois conscientes de la problemática del mercado secundario. Nuestra situación es crítica. No estamos en positivo en ninguna de las emisiones”.

La ‘Cadena Ser’ ha tenido acceso a los correos en los que Caixa Catalunya exigía a sus empleados vender preferentes y deuda subordinada como una prioridad. En realidad, se trataba de una inversión a perpetuidad aunque, siguiendo instrucciones, los trabajadores de la caja tenían que disfrazarlo.

Para los usuarios de Banca fue  una estrategia premeditada y orquestada. Con un lenguaje agresivo, vemos en los correos como los directores de Caixa Catalunya, la actual Catalunya Bank, marcaban objetivos casi imposibles para sus empleados.

Además, para conseguirlo a la dirección le valía cualquier cliente, incluso familiares. Según los expertos, los trabajadores han sido una víctima más del engaño. Aunque según Caixa Catalunya, su comercialización con preferentes ha seguido siempre las instrucciones que le ha marcado la Comisión Nacional del Mercado de Valores.