Francisco lee sorprendido el test de conveniencia que firmó en 2009 antes de adquirir 30.000 euros en preferentes. "A mí sólo me dieron los papeles para que firmase, no tenía ni idea", asegura. Ese cuestionario, que publica 'El Mundo', era el instrumento empleado por Caja Madrid para medir el conocimiento financiero de los clientes.
Según esta información, los formularios se facilitaban ya rellenados, a falta sólo de la rúbrica. Los abogados se aferran a estos test prefabricados como pruebas cruciales para ganar sus casos. Los test de conveniencia son obligatorios para contratar productos financieros con una entidad.
Sorprende también, y mucho, las declaraciones de un exdirectivo de la caja ante el juez Andreu. Tras adquirir sus preferentes en 2009, las vendió en menos de un año para comprarse un coche, mucho antes de conocerse la estafa.
No es el único miembro de la cúpula al que no le seducían en exceso las preferentes. Esto le decía Miguel Blesa a su gestora de patrimonio: "Hablaremos de las preferentes, no estoy seguro de invertir tanto con esos plazos". Mientras, animaba a los clientes a invertir todos sus ahorros.