Casi los dos millares de trabajadores de la planta de la empresa Acerinox en el municipio gaditano de Los Barrios ya cumplen 100 días de huelga durante los que no han permitido entrar ni salir ningún camión de esta planta. Todos ellos piden mejoras salariales, mientras que la dirección se excusa en que el mercado ha cambiado porque el acero chino se está comiendo gran parte del negocio.

Acampados en el parking de la planta de Acerinox han pasado las horas y hasta un centenar de días. De hecho, uno de ellos ha asegurado a laSexta que "nadie creía que iba a durar tanto" y es que, tal y como explica, "venir aquí a la puerta todos los días sin hacer nada, prácticamente, es muy duro". Sin embargo, "hay que aguantar", lamenta Carlos. Otro de estos empleados de la fábrica de Los Barrios que lleva medio siglo en funcionamiento, asegura que "son tres meses sin cobrar".

Exigen mejoras salariales con mayores primas porque de ellas depende gran parte de su nómina. Sobre esta cuestión Carlos solo pide que les "den lo que nos corresponde comparado cómo está la vida". Otra de las reivindicaciones tienen que ver con una mayor mayor conciliación contra unos turnos que no les permiten vivir, además, de más inversión en maquinaria por parte de la empresa.

Más de tres meses de protestas, de manifestaciones y marchas que convierten estas concentración en únicas en la provincia andaluza, obligan a que algunos sobrevivan gracias a las aportaciones del resto de empleados. Para ello, han organizado una caja de resistencia. Antonio es uno de los organizadores y ha explicado a laSexta que están "ayudando a las familias con las donaciones". Otro de ellos asegura que "hay que estar en la puerta para ver la solidaridad de los compañeros".

De nada ha servido hasta ahora el año y pico que llevan de negociación de convenio, como tampoco lo han hecho las más de 30 reuniones que se han mantenido. Prueba de ello son las férreas posiciones de ambas partes que continúan muy alejadas. Mientras que Juan Antonio, miembro del comité de huelga, sostiene que "nadie esta de acuerdo con la propuesta", la empresa alega pérdidas millonarias -31 millones, en concreto- porque el sector del acero está complicadísimo.

Señalan al potente mercado chino, a los problemas de suministros y al alto precio de la energía este tiempo atrás. Con estos argumentos, la empresa exige a los trabajadores más flexibilidad. Una "disponibilidad" que desde el otro lado se considera que "rompería la conciliación familiar" que exigen.

De ese parking, que han convertido en un particular campamento de batalla, no se van marchar sin un buen convenio después de haber sufrido un ERE antes incluso de la pandemia, al que se han sumado otros ERTES en este periodo por problemas de suministros. Por eso su lucha continúa aunque ya no se vean imágenes como las del principio. Y es que, aunque, reconocen estar más cansados, aseguran que van a por todas y hasta el final.